martes, 9 de abril de 2013

Hatha YOGA en El Manantial - Nuevos Grupos

Hatha Yoga en El Manantial
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Hatha Yoga:
El hatha yoga es un tipo de yoga conocido por su práctica de ásanas o posturas corporales, que aportan a los músculos firmeza y elasticidad.

Mediante los ejercicios, respiraciones, posturas y relajaciones de esta disciplina india, no sólo várices, anemia, diabetes, problemas digestivos, adicciones y enfermedades hepáticas.
El yoga tiene una variante física llamada Hatha yoga, que también es una medicina natural que sirve para tratar y prevenir trastornos físicos, mentales y emocionales.
Muchas de sus posturas se basan en los principios fisiológicos de la antigua medicina tradicional india Ayurveda, y pueden aplicarse tomando clases con un experto o en tu propia casa.


Beneficia a tu cuerpo y mente
El primer paso consiste en poner a trabajar cuanto antes tu cuerpo, mente y respiración, y la práctica regular del Hatha yoga te ayudará a sentirte mejor, más fuerte, equilibrada y flexible, y a devolverte y mantener tu buena salud.
El yoga parte de la idea de que el cuerpo y la respiración están muy relacionados con la mente. El Hatha yoga combina ejercicios respiratorios y posturas estáticas, con pensamiento positivo, relajación y meditación. Este método permite entender la vida más armónicamente, y te ayuda a conocerte mejor a ti misma.
Distintos estudios han demostrado que las relajaciones y respiraciones del yoga aumentan la energía mental y la actitud positiva, reducen los niveles de estrés, equilibran las emociones y mejoran la concentración y el rendimiento intelectual.

Cambios significativos
El Hatha yoga mejora la tolerancia al ejercicio, aumenta la vitalidad y flexibilidad, la resistencia y fortaleza muscular, ósea y articular, la oxigenación sanguínea, la función intestinal, la protección inmunológica, la actividad sexual, el metabolismo de los lípidos y el colesterol.
El Hatha yoga beneficia la salud en general debido a su influencia positiva en la musculatura esquelética, la respiración, la columna vertebral, y en los sistemas nerviosos, cardiovascular y endócrino.
Además si practicas yoga con regularidad, seguramente seguirás un estilo de vida más sano. Al estar más relajada no sentirás necesidad de fumar ni beber alcohol. Al tomar más conciencia de tu cuerpo optarás por una dieta más ligera y con alimentos más saludables.

¿Cómo es una sesión?
Una clase para principiantes empieza con la relajación y el trabajo de cada parte del cuerpo. Mientras practicas cada postura, aprendes a controlar la respiración y a estirar el cuerpo al máximo sin forzarlo. Después relajas tu cuerpo antes de adoptar otra postura diferente.
Lo ideal es practicar yoga a diario, de 90 minutos a 2 horas, pero si no dispones de ese tiempo te conviene practicarlo en sesiones diarias de 45 a 60 minutos. Para sacarle el máximo provecho, te recomendamos tomar una serie de medidas:
• Hazlo en el momento más adecuado y sin distracciones.
• Busca un espacio libre, si es bajo techo elige una habitación con temperatura agradable y no expuesta a ruidos.
• Practica sobre un tapete o toalla, y usa una manta para no enfriarte durante las relajaciones.
• Viste ropa cómoda, sin zapatos, gafas, adornos u objetos que limiten tu movilidad.
• Nunca fuerces tu cuerpo ni sobrepases tus límites. Tampoco te desanimes si al principio no consigues una postura, aún así notarás los beneficios.
• Consulta a tu especialista en casos de embarazo, lesiones en cervicales, hipertensión o desprendimiento de retina.
• Siempre cuenta con la supervisión de un experto para hacer y deshacer las posturas, y respirar correctamente.

La importancia de la respiración
Para los occidentales, la parte más difícil del yoga suelen ser los ejercicios respiratorios, que se practican junto con las posturas. No dejes de prestarle atención a la respiración:
• Siéntate cómodamente con la espalda recta pero relajada.
• Coloca las manos sobre el abdomen, debajo de las costillas, y con la punta de los pulgares toca tu ombligo.
• Cuenta hasta cinco, respira profundamente por la nariz, y llena los pulmones por completo hasta que los dedos pulgares dejen de tocarse.
• Mantén unos segundos la respiración y suelta el aire lentamente contando hasta diez.
• Repite el ejercicio 10 ó 15 veces, expandiendo el abdomen al inhalar y contrayéndolo al exhalar.

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